EFECTOS DE UN PROGRAMA EN LA CREATIVIDAD DE DOCENTES DE EDUCACIÓN INICIAL.

Magaly Sarmiento Romero

Programas de contenido curricular

      El contenido del currículum no se altera, sino que se orienta hacia metas de potenciación creativa, pasando dicha información de ser objetivo final en un programa tradicional a medio en uno creático. La clave radica, en la intencionalidad del programador, en los objetivos que se propongan. Así mismo, el programa de creatividad total presenta abundantes sugerencias para que cada profesor diseñe el programa en cada materia del currículum: matemáticas, sociales, expresión dramática, música y danza, arte, lenguaje, entre otras.

      El énfasis radica en que la esencia de lo creativo no viene del contenido en sí, sino, de los objetivos y las estrategias metodológicas utilizadas.  A estas realizaciones de carácter general han de sumarse las referidas a ámbitos concretos. Tal como lo refiere el programa de creatividad total de Williams (1972), la propuesta de Poole (1980), y de Marbach(1982), que parten del enfoque curricular en torno a la creatividad en los niveles preescolar y ciclo inicial.

Programas de capacitación o instrumentación creática

Se centran en el conocimiento disciplina de la creatividad, sus teorías y técnicas estimuladoras. Se trata de programas dirigidos en su mayor parte a profesionales con el propósito de que se apliquen la creatividad en su ámbito específico. En los mismos se imparten conocimientos y se facilitan recursos que una vez construidos y asumidos son susceptibles de numerosas aplicaciones. Es por ello que son manejadas en situaciones concretas y que se apelan con propósitos creativos

Programas de ejercitación creática

      Promueven  el  comportamiento  creativo  a  través  de la ejercitación y generalmente se
desarrollan al margen de la creatividad escolar. Dicho de otra manera, se aprende de modos creativos, actuando creativamente. Cobran relevancia los medios, los recursos y los materiales utilizados. Prevalecen las actividades sobre las técnicas. Suelen tratarse de programas menos reglamentarios organizativamente, además funcionan al margen de las programaciones sin importar demasiado el dominio de los contenidos.

      El mismo autor (1997), señala los Métodos Creativos y los conceptualiza como la trayectoria mental, vía seguida, manera de hacer el recorrido que nos conduce a la meta. Lo calificamos da creático cuando dicho modo de proceder facilita el proceso creativo. Lo creativo no se opone a lo lógicos, sino a lo irrelevante y rutinario. Un método resulta creativo en la medida que sobrepasa la esperanza de eficacia didáctica obtenida por los métodos racionales en la consecución de unos objetivos. Cuando esos modos de proceder se especifican en situaciones y personas concretas se habla de procedimientos. Características de los métodos creativos: se hace referencia a las propiedades que se consideran en la metodología creativa para diferenciarla de las técnicas y las actividades.  Dentro de las cuales cabe mencionar:

Su generalidad en los fines propuestos y en líneas demarcadoras en su proceso. Enuncia principios extensibles y aplicables a problemas y situaciones de diversa índole, como por ejemplo la metodología grupal y la metodología heurística.

Su amplitud le permite integrar técnicas diferenciadas y ejercicios de todo tipo. El método analógico, el heuridrama, la biónica.

La heterogeneidad de sus procedimientos, desde la coherencia lógica de la heurística a los métodos ilógicos, intuitivos, aleatorios u oníricos.
La indeterminación en los pasos que han de seguirse, quédense con esbozar la vía procedimental, sin bajar al detalle operativo.

Su diversificación en variantes procedimentales, que llevan a los autores a hablar de métodos heurístico, inventos, intuitivos, analógicos, antitéticos, aleatorios.

Su independencia respecto a los problemas. Ciertamente, se puede aplicar métodos diferentes para resolver un problema o con un mismo método dar solución a problemas distintos.

                  Se observa también, que el método creativo ha de tener el poder de concentrar las energías mentales de estimularlas, es facilitar los procesos de ideación, de romper la lógica cuando sea preciso, de provocar y sorprender al discente, de distanciarse del problema. Es plural y diversificado. Flexible para enfocar los planteamientos desde diferentes puntos de vista. Ha de ser motivantes para el alumno. Así mismo ha de funcionar como una palanca que permita remover con mayor facilidad el paso de la rutina a la implicación en las tareas escolares.

                  Por consiguiente, hablar del método es hablar de procesos mentales, de estrategias cognitivas, donde el método se valora por su eficiencia. El método conceptual es el que da respuestas a cada situación y se adecua a los objetivos. Los sistemas y modelos son generables, los programas y métodos, transferibles. Cuando más conectados con la realidad concreta se definan, más prevalecerá la tranferibilidad sobre la generalización, debiendo tenerse en cuenta los condicionantes de la realidad a la que se aplica. Cada profesor ha de adoptar su metodología atendiendo a su contexto. En ese sentido, Kaufrmann, Fustier y Brevet (1973), establecen tres grandes procedimientos o vías mentales para estimular la creatividad. Cada uno de ellos se operativiza mediante técnicas concretas. Responden a tres ejes cognitivos: la intuición, el análisis y la combinatoria.
Método intuitivo con técnicas como trituración, superposición, analogía, psicodrama, identificación, entre otras.

Método analíticos con las técnicas Delphi, grafos, diálogo grupo – máquina.

Métodos combinatorios que incluyen las técnicas Matrices de descubrimiento, métodos morfológicos.

      Se entiende por el método como un ropaje o encubrimiento de la realidad, para así ascender a ella más fácilmente. Es preciso que el problema se disfrace y parezca otro, para permitir la exploración interior de representaciones especificas. A través de ellas, se apropia de la realidad, se transforma y se recrea. La semejanza, procediendo por aproximación a lo conocido, la oposición, a través de la negación y el alejamiento de lo conocido, la combinación, por yuxtaposición o superposición al azar de la información.

Fustier (1975), clasifican los métodos creativos en:

Métodos analíticos: se busca la semejanza entre la situación que se plantea y otra conocida con anterioridad.

Métodos antitético: se compone el problema, se tritura, hasta hacerlo irreconocible. Aquí, el problema es disfrazar en su contenido, esta vía permite explorar una nueva zona de conceptos accesibles solamente por el método del rechazo: antítesis, diferencia, oposición, negación, deformación, superación, utopía.

Métodos aleatorios: se busca relaciones artificiales, forzadas, al azar, entre lo conocido y lo desconocido. Cuando se ha explorado la zona de los conceptos que se parecen y que se oponen, queda, en ocasiones, una gran extensión de conceptos sin relación aparente.
Dan origen a modos prevalentes que tienen las personas a de afrontar un proceso, ya sea de percibir, procesar información, aprender, enseñar, pensar o actuar. En cada sujeto predominará una de las tres posiciones expuestas. El método creativo puede ser aplicado con sentido mediacional o estratégico. Ello ocurre cuando queda disfrazado o subyaciendo en cualquiera de las técnicas mencionadas. Otras veces adopta una orientación procesual, equivaliendo a los procesos creativos descritos a lo largo de la indagación creativa.

      Los métodos de orientación didáctica tienen lugar en el proceso de la instrucción. Son técnicas de enseñanza, pero participan de ciertos principios creativos. Tales son los métodos grupales, de proyectos, el aprendizaje por descubrimiento, el aprendizaje dramático, la inquisición dialéctica, entre otras. La diversidad de métodos dan una serie de posibilidades para estudiar y analizar cual es el más conveniente para el grupo de niños, siempre y cuando se consideren el contexto socio cultural, se valore ideas y expectativas de los actores y autores del proceso educativo, se tomen en cuenta la originalidad, la fluidez, entre otros, tendrá las características de un método creativo.

   Procediendo con el mismo autor, también hace mención de las Técnicas creativas (1997), y se definen como las estrategias concretas o modos de proceder valiéndose de pasos o fases debidamente organizadas y sistematizadas para alcanzar determinados objetivos. Benedito (1977), las especifica “como el medio sistematizado de organizar y desarrollar las actividades para estimular el pensamiento creativo” (p.22).

      De igual manera, puntualiza las características de una técnica didáctica:

  1. La conciencia de su mayor eficiencia sobre procedimientos rutinarios.
  1. El control de variables supone la constatación científica de dicha eficiencia.
  2. El dinamismo interno que supone un autocrecimiento por interacción.

      Igualmente, De la Torre (1997), plantea además que la técnica incluye procedimientos de relajación, relax imaginativo, sugestopedia. Por otra parte su validez viene dada por el criterio de eficiencia, al igual que en método. El verdadero núcleo de la técnica creativa ha de buscarse en los mecanismos de su desarrollo y aplicación. Las técnicas creáticas tienen su origen en el propio estudio de la creatividad. La concepción que presuponen y la finalidad que las inspira serán los elementos configuradotes de las mismas.

      Así mismo, dice que toda aplicación tiene algo de análisis de elementos, interpretación y traslación a situaciones semejantes. Como procedimientos que es, se puede enseñar y aprender. Las dimensiones o componentes que deberíamos analizar al aplicar una técnica creativa son: sus fundamentos teóricos, que la legitiman; sus objetivos específicos, que la orientan., así como también su aplicación, que la conforma.

      De hecho, una técnica es la plasmación práctica de una teoría, concepción o modelo de la creatividad. El conocimiento de su procedencia nos facilitará una adecuada interpretación. Sin embargo, la creatividad como proceso de pensamiento y vida, como capacidad mental y solución de problemas, como producto e ideación, como interacción con el medio, como actitud personal, dará pie a técnicas diferentes. Se utiliza mientras se precisa de ella. El valor de una técnica viene dado por su eficacia en la consecución de los objetivos, la creatividad está en la intención de quien aplica la técnica más que en el contenido de la misma. Las técnicas reclaman competencia procesual. Su aplicación comporta conocer previamente la secuenciación de sus pasos.

      En  la  misma  forma,  las  técnicas   creativas   han  de  crear  hábitos.  Cuando   quedan
incorporadas como parte de nuestro estilo de enseñar y actuar, se da por adquirida la competencia procesual. Ello implica ciertamente reiteración. Una simple aplicación no crea hábito ni promueve cambios de actitud profunda. Los procesos de pensamiento son siempre fuentes de objetos, la creatividad es potenciadora de todas las capacidades humanas. Las técnicas van dirigidas a la sensibilización, sensopercepción o comunicación con el medio; a fomentar la expresividad espontánea: a potenciar la ideación y la solución de problemas; a la innovación y el desarrollo de la divergencia: a fomentar actitudes creativas.

      Del mismo modo, las técnicas creativas surgen como formalización de la experiencia, una técnica se contrastas con la realidad antes de elevarse a estrategias reglada. De ahí que las técnicas se presente con la garantía de su eficiencia, al menos en el contexto y la finalidad para la que surgió. Además, las técnicas dirigidas a estimular el proceso ideativo adoptan mecanismos de aceleración, provocación, inmersión. Se activan criterios, recursos mentales mediadores, que permitan a la conciencia acceder al estado preconsciente en la que se aletargan conocimientos adquiridos, experiencias, vivencias, emociones, percepciones.

      Cabe considerar que las personas pueden manifestar niveles muy diferentes de creatividad. Sus aptitudes, innatas, sus predisposiciones, su forma de interacción con el medio, su aptitud e intereses respecto a situaciones problemáticas, sus motivaciones, su inquietud transformadora, su modo de interiorizar los aprendizajes y experiencias son factores que ayudarán a explicar tales diferencias. Cada cual tiene su estilo cognitivo y creativo; cada persona percibe y aprende de modo diferente, por más que la información sea común a todos. La clave no está en el contenido sino en el cómo. Se pone el acento en el estilo persona, de ver objetivos, imágenes, individuos, problemas, fenómenos. Cualquiera de ellos tendrá resonancias diferentes; será codificada de forma figurativa, simbólica o diluida en una globalidad metafórica.

      Sin duda, apunta el referido autor (1997), las técnicas no hacen que las personas sean creativas. Éste vendrá conformado por el conjunto de rasgos individuales y de estilo descritos anteriormente. Ellas nos desinhibidará, desbloqueará, facilitan al acceso a la reserva preconciente, cuando existan dificultades por vía lógico – racional. Todo este bagaje no se sitúa en igual plano de la conciencia, sino que se dan, cuando menos, tres niveles o estados del potencial: potencial activado, potencial latente y potencial subyacente.

            Consideramos potencial activado o presente aquel que es controlable conscientemente, como las destrezas, las habilidades y las capacidades divergente. Informaciones que evocamos fácilmente como poesías, discursos, dichos, imágenes eidéticas, vividas o con fuerte carga emocional: hábitos de actuación creativa ya asumida, actitudes creativas, entre otros. Predominan las fuerzas racionales sobre las irracionales. El potencial latente se situaría a nivel preconsistente. Es una energía no accesible directamente, si no a través de algún recurso o mecanismo. Son contenidos que no están a flor de conciencia. Tales son algunos aprendizajes, experiencias, vivencias, emociones y sentimientos que para ser evocados precisan de la creatividad.

El potencial subyacente permanece a nivel subconsciente, a mayor profundidad, resultando más difícil extraer su información. Se puede acceder a él, no obstante, a través de estrategias oníricas hipnóticas, sofrológicas, de sublimación, de relajación, desinhibitorias, de sugestopedia. La información va pasando de un nivel a otro a lo largo de la vida, pudiendo ser rescatada mediante las técnicas y estrategias oportunas.

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